Lance Armstrong, otra mancha negra del ciclismo

Lance Armstrong

Lance Armstrong celebrando su séptimo Tour. Fuente: Mundo Deportivo

  • El corredor americano ha sido desposeído de sus siete Tours
  • La pesadilla del dopaje vuelve a estar presente en el pelotón
  • Las dudas se mantienen sobre el juego limpio en el ciclismo

Lejos queda ya el romanticismo de las míticas escaladas con bicicletas rudimentarias de Bahamontes, que hacían que todos los niños quisieran ser de mayor ciclistas. Todo aquello ha volado por los aires, ha sido dinamitado como si un explosivo no hubiera podido ser desactivado por los Tedax. Numerosos son los casos de dopaje que envuelven el mundo del ciclismo pese a exhaustivos los controles. Y este bello deporte se ha vuelto a vestir de luto por culpa del que para muchos se había convertido en todo un referente, en una estrella a seguir, Lance Armstrong, el nuevo mito caído, otra mancha repugnante en el deporte de las dos ruedas sin motor.

«No hay lugar en el ciclismo para Lance Armstrong«. Así de tajante se mostró en rueda de prensa el presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI), Pat McQuaid, al anunciar que el corredor americano, de 41 años, era sancionado de por vida y perdía así su récord de siete títulos del Tour de Francia. Además, lanzaba un mensaje de optimismo claro: «Hay futuro. No es la primera vez que llegamos a un difícil ni que volvemos a empezar». Pero, ¿realmente esto es verdad?, ¿existe en la élite la más mínima posibilidad de transparencia y limpieza dentro del pelotón? Me planteo estas preguntas como un enamorado de dicho deporte, por todo el sacrificio que conlleva a su alrededor, aunque puede que al final más de uno se acabe autoconvenciendo de que todo el esfuerzo es menor gracias a la química.

Está claro que los controles son muy exhaustivos y que los llamados «vampiros» están al acecho de las irregulares. Pero las noticias, año tras años, se siguen repitiendo como si una pesadilla se hubiera convertido en un déjà vu que todos quieren olvidar. No es fácil llegar a la alta competición y, por el contrario, es muy fácil quedar olvidado, más si llegas con mucha fuerza y no se logran los retos marcados.

No obstante, la culpa de toda tormenta fatídica también la tienen las organizaciones competentes. Hay que ser realista en un hecho: en inhumano realizar durante más de 15 días, jornada tras jornada (aunque siempre haya un par de descanso es insuficiente) se hagan etapas con más de 200 kilómetros, superando puertos de diferentes categorías -los cuales van desde tercera hasta especiales-, a velocidades de vértigo. Esto hace llegar a comprender como un chico joven tome la dura determinación de no estar en el juego limpio. Todo podría tener una solución mucho más fácil, realizar citas más cortas pero manteniendo el puro espectáculo. Eso sí, los análisis y visitas sorpresa se tendrán que endurecer todavía más, y las sanciones se deberán hacer efectivas al momento, no al cabo de los años. Pero hasta que esto no se suceda, la duda sobre el pelotón y los grandes nombres seguirá existiendo. Y por muy bien que hagan su papel siempre habrá alguien que ponga en tela de juicio los logros alcanzados por el deportista en cuestión. No olvidemos que la imagen del ciclismo está muy dañada y que las tinieblas ya sobrevuelan sobre nombres míticos mediante preguntas tales como ¿lo logró limpiamente o tuvo algún tipo de ayuda?

La imagen del ciclismo está dañada y las tinieblas también están sobre los nombres míticos de este deportes

Otra reflexión que hay que hacer es la siguiente: ¿dónde estaban las autoridades competentes durante el americano ganaba los siete Tours haciendo trampa? Cabe recordar que pasó de tener cáncer de testículos a ganarlo todo, desbancando a Miguel Induráin, considerado uno de los mejores ciclistas de todos los tiempos. Por lo que aquí también debería de rodar cabezas de los máximos dirigentes de la UCI, ya que sino siempre acaban pagando los platos rotos los de siempre, es decir, los deportistas. ¿Son conscientes de que existen más casos de dopaje y sólo sacan a la luz aquellos que les interesa debido a intereses ocultos?

Es precipitado sacar nuestras conclusiones cuando se está caminando sobre un terreno pantanoso. Pero por lo menos, hoy ha sido un día importante para la limpieza del ciclismo, ya que se ha demostrado que por mucho nombre y reconocimientos que se tenga, si no juegas limpio acabarás cayendo. En estos casos siempre me fijo en los niños, porque con su ilusión ingenua se crean esperanzas de ser como sus ídolos. Pues por el simple hecho de haberles engañado vilmente, el castigo tiene que ser ejemplar, como es en este caso. Pero esto no sólo se tiene que quedar en el ciclismo, sino que tiene que ser palpable en todos los deportes y que el miedo a ser cazado «con las manos en la masa» impida cometer dichas acciones delictivas. Y es que si nos fijamos, pocas veces trascienden noticias de dopaje referente a otros ámbitos deportivos.

Para acabar, os recomiendo encarecidamente es veáis con atención el programa de Canal+ ‘Informe Robinson’ titulado ‘La historia de David Millar‘, donde se recogen todas las vivencias de dicho corredor escocés, que cuenta en primera persona las razones por las que un joven que ama el ciclismo y detesta el mundo del doping acaba en un calabozo detenido y sancionado por inyectarse EPO.

Acerca de Óscar Buetas

Periodista, productor y fotógrafo, pero sobre todo notario de la realidad.
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